La profesora de danza oriental

MI PROFESORA DE DANZA: CÓMO ESCOGERLA Y QUÉ ESPERAR DE ELLA

Es importante recordar algo: la misión de la profesora es enseñar. Esto no quiere decir que no esperemos de ella un cierto nivel como bailarina, pero (y esto es a veces crucial) no deberíamos hacer una relación directa entre su calidad como bailarina y su calidad como profesora. Hay magníficas bailarinas que no saben transmitir sus conocimientos. Y hay magníficas profesoras que consiguen de sus alumnas lo que tal vez ellas no dominen. Forma parte de la magia de la enseñanza: el maestro debe ser la fuente que alimente al alumno para que desarrolle todo su potencial.

Una buena profesora es aquella que inspira. Una buena profesora es aquella que motiva a llegar al máximo de cada uno.

Aquí tienes algunos consejos para escoger a tu profesora:

•No te dejes llevar solamente por una estela de fama. El nombre no lo es todo. Si alguien no te convence, si no estás a gusto, si ves que pasa el tiempo y no avanzas, reconsidéralo. Para ver en movimiento a una magnífica bailarina no tienes porqué estar apuntada a sus clases, puedes ir a ver un espectáculo suyo.
•Procura escoger a alguien con quien sientas una cierta conexión. No se trata de buscar una amiga para irse de copas, pero sí es recomendable que te sientas a gusto con la persona que te va a dar las clases. Cuanto más relajada te sientas, más confianza tendrás bailando y mejor recibirás sus consejos y críticas.
•No olvides quién eres, y por qué estás ahí. Muchas veces nos “empequeñecemos” al colgarnos la etiqueta de alumna y olvidamos que estamos pagando por clases de danza, y que nos deben tratar bien. Si te faltan al respeto, replantéatelo seriamente. Ninguna profesora tiene permiso para hablarte mal, ser grosera o ridiculizarte. Por supuesto, puede y debe corregir tus errores, explicarte lo que espera de ti en función de los objetivos del curso o llamar tu atención si alteras la clase de alguna manera, pero siempre con respeto y educación.
•Recuerda siempre que tu profesora es un ser humano, y cometerá errores como todo el mundo. Sé comprensiva y no la idealices. Al contrario, verla como “una simple persona” que ha dedicado su tiempo y su esfuerzo a llegar a un nivel profesional te ayudará a motivarte y aumentará tu empatía. Ella también fue alumna, no sabía los movimientos y los aprendió. Si ella lo ha conseguido, ¿por qué no tú?
•Pon tu aprendizaje en manos de alguien que se preocupe sinceramente por lo que haces. Busca una profesora que preste atención a sus alumnas (puede sonar curioso, pero no todas lo hacen), que corrija tus fallos, que se asegure de que estás entendiendo lo que enseña, y busque nuevas formas de explicar lo que no se entiende.
•Igualmente, una buena profesora debe ser positiva, darse cuenta de tu avance (por pequeño que sea), y motivarte para continuar mejorando.
•No te cierres a lo nuevo. Si cambias de centro notarás inmediatamente las diferencias entre tu nueva y tu antigua profesora. Mantén tu mente abierta: no tiene por qué ser mejor o peor, simplemente diferente. Recuerda que “cada maestrillo tiene su librillo”. Absorbe al máximo lo mejor de cada una.
No esperamos que sometas a riguroso examen a tu profesora de danza, pero sí que tengas espíritu crítico. Se trata de tu formación, tu tiempo, tu esfuerzo y tu dinero, y hay que sacarles el máximo partido. No olvides que hay muchas buenas profesoras.

Encuentra una con la que te sientas bien, que te ayude a aprender algo tan bonito como es la danza oriental, y que haga que sus clases sean algo que esperes con ilusión cada semana.

¡Suerte!


Extraído de: http://www.danzaorientalymas.com/articulo_clases.htm