¿Por qué bailas?

¡Hola a todas!
Estoy aquí, haciendo otro de los múltiples trabajos que me consumen y se me ha ocurrido hacerme una pregunta: ¿Por qué bailamos?. Me imagino que las motivaciones de cada una serán muy diferentes: mantenerse en forma, aumentar la autoestima, pasar un momento divertido...
¿Por qué la danza oriental ha enganchado a tantas y tantas mujeres que hasta hay un blog de damnificados por la danza oriental ? ¿Qué siente la mujer al cimbrear sus caderas? ¿Qué se despierta en su interior que le hace comenzar a acumular trajes, faldas y artilugios varios como crótalos, bastones, panderetas y velos? ¿Cómo es posible que profesionales con carreras avanzadas y muy válidas en sus diferentes campos lleguen a un punto en el que se planteen dejarlo todo por bailar?


Me gustaría que en este lugar escribieseis vuestros testimonios. Soy toda ojos

Ohhhh, qué gran tema para divagar, con lo que me gusta...

Mi fascinación por todo lo que tenga que ver con la danza (y otras artes escénicas) viene desde que era "chiquinina" -vocablo extremeño. En concreto, me apasiona el hecho de que una persona deje de hablar, literalmente, para "hablar" con el cuerpo. Como esto consigue emocionar y arrancar pasiones en el interior de quien admira la danza, es maravilloso y casi increíble.

Hay algo primitivo que se despierta en ti cuando bailas, algo inexplicable que está ahí dentro, pugnando por salir y ser expresado. Suena la música y ya no eres más tú, sino que si eres suficientemente valiente como para derribar barreras (sociales, personales, emocionales), y te dejas llevar por el espíritu de la música, a tu cuerpo le sale lo natural: bailar.

Tan básico como la necesidad de respirar o comer, es la necesidad de moverse al ritmo de músicas, las que puedes oír y las que no puedes oír. Para mí bailar es natural. Incluso en el silencio.

Ya tenía ganas de encontrar un sitio donde me encontrara lo suficientemente cómoda para comenzar a bailar, aprender y compartir. Así que puedo decir que las clases significan mucho para mí. Más que un aprendizaje de pasos, también estoy descubriendo mucho sobre mí misma y redescubriendo un respeto muy grande hacia los rituales, las cosas irracionales y la camaradería entre mujeres.

En resumen y utilizando palabras cultas: BAILAR MOLA CACHO, queridas.

Jajaja, ¡vaya que mola! Es una experiencia maravillosa.
Sandra, a tí en concreto te cambia la cara cuando bailas. A veces te miro y estás como en una nube de ensoñación, totalmente atrapada por la música . Es muy hermoso que la danza despierte en tí todos esos sentimientos positivos.
A mí siempre me encantó bailar. Tomé clases de flamenco y sevillanas, muy poquitas -pero algunas- de clásico -que creo que no era lo mío- y mi chico hizo que me enamorase de la salsa, la bachata y el merengue . Pero cuando la danza del vientre llegó a mi vida, ahora hace ya muchos años, algo cambió en mí.
Desde siempre he sido una persona muy creativa. Me encanta escribir (recién cumplidos los 15 años terminé mi primera y por desgracia única novela), dibujar, cantar (aunque no es lo mío, eh), tocaba la guitarra clásica y estaba apuntada a tallres de teatro. Cuando comencé con la carrera tuve que dejar muchas cosas, pero siempre encontraba un huequito para desarrollar esta faceta tan importante de mi vida.
Cuando empecé la Tesis la cosa cambió. No podía tener un hobby para estar sentadas más horas. Aparte de mis carreras rodeando Salamanca y todos los largos que he hecho a la piscina de la Alamedilla, comencé a tomar clases de danza oriental, y puf... fueron increíbles. Debo a Nisrine Lajet, mi primera profesora, el amor y el respeto más profundo por esta danza. Ella nos enseñó a sentir, a improvisar sin necesidad de conocer la música, dejando simplemente que los movimientos afloren desde tu subconsciente.
Cuando bailo soy feliz, totalmente feliz. Yo sí me he planteado dejarlo todo por la danza, pero bueno, ahí sigo, haciendo mil cosas a la vez. Supongo que todo lo que aprenda enriquecerá mi trabajo como bailarina .

¿Por qué bailo? (si es que a lo mio se le puede llamar bailar, claro está).
Creo que cuando me presenté lo comenté, llegué a la danza oriental de casualidad y "bicheando" por internet. Hace unos años, 16 más o menos, me realizaron una miomectomía (extirpación de tumores en el útero) esa operación se hace mediante cesárea, volvieron a repetirla hace unos cuatro años pero esta vez para estirpar el útero al completo dejando solo los ovarios (con lo cual sigo ovulando pero no menstruo) y también fue mediante cesárea. Mi "barriguita" se quedó con una cicatriz tremenda desde el ombligo hasta el púbis de casi 50 puntos, por tanto los músculos del vientre estaban flácidos y yo creia que sin posibilidad de volver a tenerlos tonificados y aunque yo he tenido siempre la barriguita gordita, no queria que al final se quedase el vientre caido. Ese fué el motivo de buscar en internet una tabla de ejercicios para hacer en casa enfocada a tonificar el vientre.
A mi me ha gustado bailar siempre aunque nunca he sido alumna de ninguna academia de danza, pero es un arte que siempre me gustó. Bueno, el caso es que siempre que metia en el buscador algo relacionado con la palabra "vientre" me salia "danza del vientre". Comencé a leer artículos donde se explicaba como beneficiaba la danza oriental y sin sabre cómo ni porqué me encontré buscando vídeos para bajarme que me enseñaran a hacer movimientos.
No me creia capaz de hacer ninguno, pero poco a poco he conseguido poner mi cuerpo derecho, he conseguido aliviar los dolores lumbares que tenia y los dolores de cervicales (yo trabajo como secretaria y me paso muchas horas sentada). No solo he conseguido eso, también he conseguido estilizar un poquito mi cuerpo, me siento más segura, más guapa (aunque eso es dificil), me siento feliz cuando bailo y capaz de hacer muchas cosas, también termino cansadisima pero feliz por conseguir sacar adelante unos movimientos que a mi me parecian imposibles y cuando me acuerdo que hace tres o cuatro meses yo parecia una "alcayata" y me veo ahora, no tengo más remedio que decir que bailo porque me gusta, ya me da igual si mi cuerpo es más bonito o más feo, si voy a estar más delgada o no, esta danza ha conseguido lo que no ha conseguido ninguna otra y es enamorarme de sus movimientos, su sonido, su sensualidad, belleza, suavidad. Me tiene enamorada y yo tengo la seguridad de que si hubiese encontrada una tabla de gimnasia para hacer en casa a los tres días lo hubiese dejado.
Me queda mucho camino, soy una principiante de 45 años pero estoy dispuesta a conseguir bailar medianamente bien para mi propia satisfacción.
Un beso a todas.

Hay tantos motivos para iniciarse en la danza oriental que podríamos estar una semana hablando y contando experiencias, las físicas y las psicológicas. Lo importante no son los motivos sino los evidentes beneficios que se producen cuando empezamos a bailar.

Yo me alegro tantísimo de que personas como tú, Julia, y tantas otras, hayáis descubierto valores y sensaciones tan positivas con esta danza, porque todo eso es lo que me ocurrió a mí. La edad no importa en este baile, ni el físico... todas las cosas superficiales se quedan fuera cuando uno habla de danza oriental. Y sí, es cierto que los abalorios, la purpurina y las lentejuelas adornan, pero no son necesarias. Con unos pantalones y una bufanda atada a la cadera una se siente igual de feliz bailando. Y lo más curioso, el resto de la gente también ve la belleza de la danza y la persona con esas fachas

Y ¡claro que te sentirás más guapa, más femenina, más feliz! La belleza es el interior de las personas, no un físico. Además, muchas veces nos vemos feas o poco agraciadas por cómo tenemos nuestro interior, por nuestros miedos y desconfianzas.

Esta danza permite sacar lo más oculto fuera. Los corazones buenos, la gente noble, el carácter alegre, jovial, triste, amargado, etc, van a salir a relucir. No puedo afirmar con total certeza que conozco a 100% a una persona cuando la veo bailar... pero creedme, que deduzco muchas cosas. Así que deja que salga todas las cosas buenas que llevas dentro. La grandeza tiene que salir fuera y dejarnos deslumbrados a todos. A ver si de una vez las cosas buenas inundan la tierra, y no las negativas.

Estoy muy feliz de que esta danza te esté aportando cosas tan buenas, Julia. Y si encima aporto un granito de arena en tu felicidad, mejor que mejor.

Hola, vuelvo de nuevo y esta vez con una pregunta que he intentado poner en el apartado "beneficios de la danza oriental" pero resulta que no puedo comentar ni responder nada en ese foro, bueno, no importa porque Sarha sabrá dónde poner esto.
Resulta que la danza oriental ha sido muy beneficiosa para mi, tanto fisica como mentalmente, por eso bailo, me encuentro mejor en lo físico y mejor en el plano mental, de una manera que ni yo misma podia imaginar. No se si lo he dicho en otra ocasión, tengo un hijo de doce años, está en una edad algo dificil aunque con él no tenemos problemas ya que es un niño muy bueno, pero está fijandose cada vez mas en su cuerpo, se acicala más, mira un poquito más la ropa y sobre todo cree que está gordo. Realmente no lo está, mide 1,60 cms. con doce años, calza un 41 y es de complexión ancha, pero se ve la barriguita y se empieza a ver gordo. Tambien tiene problemillas de autoestima, no se cree capaz de hacer muchas cosas y yo se que lo es, que es perfectamente capaz. Bueno pues ahora planteo mi pregunta: Despues de ver el buen efecto que ha tenido en mi, ¿existe la posibilidad de que un niño, un varón, con la edad de mi hijo, aprenda danza oriental?Creo que para él seria tan beneficioso como para mi, además le ayudaria a mejorar su coordinación y podría hacer que su autoestima subiera.
No lo sé, por eso planteo esta cuestión para ver si tu, Sarha me puedes contestar ya que eres profesora.
Yo veo como él imita algunos de los pasos cuando bailo, se pone detrás de mi y lo intenta, además como se pasa las tardes estudiando creo que seria una forma de desconectar un poquito.
¿Podrias orientarme?
Gracias por adelantado. Un saludo.

¡Hola, Julia!
Estoy contenta de tenerte por aquí de nuevo. Tengo que ver qué ocurre en ese foro... Algo debe de haber pasado para que no se pueda escribir en él. Ahora lo miro.
¡Por supuesto que tu hijo puede comenzar a bailar danza oriental! Los mejores maestros, de hecho, son hombres. Esto tiene mucho que ver con la visión que de la danza se ha tenido fuera, pero lo cierto es que son increíbles. Yo ahora mismo estoy tomando e impartiendo clases junto a Zaza Hassa, uno de los mejores maestros egipcios del momento.
En Italia, hace ya unos tres años, conocí a un chico jovencito, Salvatore Cataldo, que está asistiendo al Curso de Formación Profesional que estamos haciendo. Creo que dejé alguna foto de este encuentro en la sección del "blog de Sahra Ardah". Si tu hijo imita tus movimientos, probablemente pueda ser un estímulo para él aprender contigo. Sería conveniente que él separe un poco más los pies, ya que su cadera es más estrecha, para que puedan apreciarse mejor los movimientos y, por supuesto, que deje que fluya su personalidad a través del baile. Hay muchos bailarines buenísimos en internet. Te dejo como ejemplo un vídeo de Tito Seif. Estoy segura de que a tu hijo le encantará